lunes, 14 de septiembre de 2009

El malo era yo.

No dejo de sorprenderme del cómo hemos permitido que la realidad supere una vez más a la ficción...
Me río de la madrastra de Cenicienta cuando veo en televisión la noticia de esa niña de seis años vagando por las calles de madrugada porque su madre la ha echado de casa; me río de la historia de la Bella y la Bestia y de su feliz y romántico final (inocente historia...¡Cómo no desarrollar un síndrome de Estocolmo!), cuando vuelvo a oir una réplica más o menos exacta de la del monstruo alemán y la niña secuestrada; dejo de reirme, por descontado (la irónica sonrisa se torna en mueca de horror e indignación) de los flirteos del lobo con Caperucita Roja, cuando asoman en televisión una vez más los nombres de Sandra, Marta, Maore... tantas otras... a las que inevitablemente hemos puesto apellido en la crónica negra...
Y lo demás parece insignificante frente a aquello...¿Qué es el malvado del día a día?¿Qué quién profana el contenido de la correspondencia ajena?¿Qué quién pone todo su afán y superioridad en tu contra para hacerte imposible el desarrollarte en tu lugar de trabajo?¿Qué quién trama, hurde y saborea la maldad de la alevosía haciendo daño expreso a los otros?
Malos de pacotilla... pero no por ello menos dignos de formar parte del equipo de villanos...
Niños que olvidaron ser niños y sin saber cuándo, perdieron el recuerdo de que una vez desearon ser Peter Pan y vencer a Garfio, desearon aparecer en el baile con el vestido de la Cenicienta dejando con la boca abierta a las envidiosas hermanastras, desearon que el lobo volviera a caer al río con la tripa repleta de piedras y que la bruja se quemara en el fuego siendo el astuto de Hansel en su jaula ofreciendo los huesos roídos en señal de su nulo engorde...
¿De verdad olvidaron todo eso?
Nadie quiso ser nunca el villano...
¿Por qué?¿Por qué entonces?¿Por qué hemos cambiado los papeles?¿Por qué despertamos ("...desperté de ser niño/nunca despiertes...")?¿Por qué pasamos al otro lado?¿Qué nos hizo dar ese paso?¿Fuimos conscientes de ello?¿Somos conscientes de ello?¿Fuimos culpables?¿Fue el ambiente?¿La educación?¿La sociedad?¿Nuestra propia mente?¿Nos arrepentimos?¿Creemos en la justicia divina?¿La tememos?
Lo que resulta indiscutible es que sin aquellos que un día dieron el paso (el mal paso) el mundo sería un lugar mejor para todos...
Por ello, no dejes de contribuir nunca, de contrarrestar, con el camino que has elegido... Tus pisadas son muy necesarias...

No hay comentarios: