Siempre imaginé aquello como se pinta en las películas.
Vamos a ser malos, ruines... Saciemos la curiosidad:¡Pasen y veamos todos como el guapillo del curso comienza a quedar calvo y a echar tripa!¡Como las reinas del baile se casaron y retiraron pronto empleándose en tener hijos y deformar su, en otro tiempo, bello cuerpo!Una comida servirá de escenario para exponer sobre la mesa los éxitos cosechados en la vida tras tantos años, bien sean reales, engrosados o imaginarios...¿Fracasos?¡Ninguno!
¿Y qué será de aquellos patitos?¿Aquellos que nunca fueron cisnes?¿Acudirán los marginados?¿Acudiremos aquellos cada cuál continuando en su rareza? Todos cordiales, todos amigos, todos simpáticos...
Lo tristemente cierto es que los años previos a la cita, los días previos, la mayoría de comensales, si podían volver la cara al cruzarse por la calle a quién ahora se sienta a su lado lo hacían, no dudaban en hacerlo...
Por quienes no lo hicieron, por aquellos otros a quienes realmente me gustaría reencontrar, tal vez por esos pocos, tal vez, valga la pena la cita...
