sábado, 24 de julio de 2010

True colors.


(Poder controlar la naturaleza y sus fenómenos y sentirse con tanto poder como para hacerlos danzar a nuestro antojo.)

Desear que el sol deje de ocultarse tras una nube y sentir asomar tras ello su cálida presencia a nuestra espalda en una tarde de finales de primavera, imprimiendo viveza a las danzarinas aguas que el viento eriza en la superficie del lago...
Sorprende cómo las cosas se ven distintas dependiendo de la altura desde la que se mira... Cómo el alma cae repentinamente en la placidez del verde de un estanque desde el mismo momento en que nos sentamos en el embarcadero y dejamos de mirar el mundo desde arriba. Como si la paz impregnara nuestros ojos al acortar la distancia hasta la tierra y a través de ellos, el interior mismo de nuestra alma primaria...
Veo transcurrir la tarde en los demás, como escapados nosotros mismos del tiempo... Espectadores, sólo espectadores: Unos perros juegan a perseguir a nado una pelota que su amo, desde algún lugar que la vista no alcanza, les lanzó al agua; un trío de niñitas se pasean con ramas en las manos junto a la orilla, como salidas de otra época, rememorándome antiguos juegos y entretenimientos, aventuras de niñez y vacaciones; dos mujeres retozan tendidas en la hierba, unidas por lazos de amistad, parentesco tal vez, quizá algo más; una pareja se come a besos semiocultos tras unos setos...¿Y tú? Tú juegas con una rama a chapotear junto a mí en el agua, espectador también de tu propio mundo y el que te rodea... Feliz, ignorante de todo lo que no sea felicidad y sin que exista futuro ni pasado en tu memoria despreocupada...
Y un niño nos observa... desde el mismo embarcadero,a pocos metros de nosotros... Seguro el espectador ahora es él y nosotros también parte de ese paisaje humano... Nos perdemos también, seguro, en ese marco de tantas vidas mientras observamos hoy el mundo desde una altura no acostumbrada...

3 comentarios:

Lunykornio dijo...

O... Que preciosa entrada...

eMiLiA dijo...

Observador del mundo.

Lindas palabras.

Un abrazo!

Anacronista dijo...

Aaaaaaay, mirar desde otra perspectiva... ¿Te he dicho que me gusta sentarme en el suelo? ¿O en las mesas? Cualquier lugar menos en la silla... Pues eso, que es para eso, para tener otra visión.
Lo malo de los peques que tienen aquella imagen siempre, es que no puedes pedirles que luego la recuerden, es tan normal ir creciendo y adquiriendo la visión común...
Pero mientras, a seguir observando... Y luego también, a la altura que sea pero observar.